Era un jueves por la mañana, llegué a mi trabajo y me puse a ver las citas que había para ese día, coordinaba el área administrativa de una institución. Al mirar las citas vi un nombré Aldo Romero, se me hizo conocido pero no recordé de dónde lo conocía, tenía cita a las 12:00. Me puse a hacer mis actividades, vestia pantalón de vestir entallado donde lucía bastante mi trasero, camisa de botones ajustada y fajada y unos tacones medianos, mi cabello largo me llegaba hasta la cintura. Hubo mucho trabajo por la mañana, me fastidie bastante, me fui a la sala de juntas, una sala más privada para seguir trabajando. Pensaba en lo que tenía que hacer en el día y en la ganas que tenía de cojer. Si, ya tenía meses soltera, y pensaba en llamarle a un amigo haber si quería visitarme en la noche.... De imaginarme lo que haríamos me empecé a poner caliente, y como estaba sola... Puse un poquito de porno y me desabroche el pantalón y empecé a masturbarme ¡Ayyy que ganas tenía! Pero de una cogida rica. Segui manoseando mi clítoris con mis dedos imaginando que era el pene de algun hombre rico. Empecé a masturbarme más fuerte y me tocaron la puerta, vaya, no me dejaron terminar. Me acomode la ropa y salí un poco sonrojada. Era Mariel, mi asistente quién me decía que ya había llegado la cita de las 12, le dije que pasará. Casi me chorreó cuando entró, yo sabía que ese nombre me era familiar. Era Aldo un ex compañero de la preparatoria, que se puso ¡Mi dios! Debo confesar que nunca había llamado mi atención hasta ese día. Es alto de 1.80, fornido, blanco, con cabello castaño-rubios, ojos grandes color miel, ayy que cosa tan bien hecha, me miró y sonrió, le dio gusto verme, nos saludamos animosamente y nos dimos un abrazo, el me tomo por la cintura y me acerco a él, si supieran cuántas cosas pense. Le pedí que tomara haciento y me senté frente a él. Empezamos a hablar de trabajo, buscaba vínculos para su nueva empresa, pero yo quería ser más que un vínculo de trabajo. Le ofrecí café, y al irme a la cafetera desabroche un poco mi blusa y cerré la puerta. Regrese y me agache para darle su bebida, sin antes asegurarme de que viera mis pechos, nunca falla. Se les quedó viendo fijamente y yo seguía jugueteando con él. Me senté a su lado y seguimos platicando, el se puso nervioso, y empezamos a hablar de la prepa, de como habían cambiado las cosas, mientras me decía que qué hermosa estaba, y le devolví el cumplido, tenía tiempo que su novia lo dejo... Entonces supe a esa cosa rica le faltaba una buena cogida. Me acerque un poco más a él, y se puso rojo. Que mono es... Le pedí que viéramos unos folletos que tenía en un librero, nos paramos y empecé a rozarlo, jamás fallara, pasar cerquita de un hombre rozandole mi cuerpo, sutilmente. Su cara cambio, se empezó a poner caliente, se que me deseaba, y ya sin pensarlo me acerque poco a poco a él y le di un beso (yo ya estaba previamente mojada). Rápido me respondió, y me agarró de la cintura empujando mi cuerpo hacia en suyo, y empecé a sentir su verga que empezaba a juguetear, empezamos a besarnos con fuerza, queriendo nos comer, mientras el me agarra las nalgas y me manoseaba todita, que rico. Nos fuimos al sillón y le di un empujón para que se sentará, le empecé a besar el cuello y a jalarle la verga que estaba bien dura y grande, el estaba nervioso, tenis miedo que alguien no viera, así que le desabroche el pantalón y le saque la verga y me la metí a la boca, escuché su gemido ¿Que importa si alguien nos mira? Se la empecé a mamar, estaba paradita, color rosado y bastante larga y gruesa, saladita ¡Deliciosa! Se la empecé a chupar quedito para que disfrutará, me metí sus huevos a mi boca, y el gemia, mientras me acariciaba el cabello con sus manos. Ese hombre era algo tierno, dulce. Pero yo era sucia, y quería coger bien rudo. Se la chupe y cuando sentí que se iba a venir, me quite para montarlo, me subí sobre él, y me monte con todo y ropa me agarró fuerte, y me empezó a desabotonar la blusa, lento, rico, mientras me besaba el cuello y el pecho, abrió los bonotes y me senos y brassier quedaron descubierto, se ponían bien caliente con mis chichis, su respiración subia, mientras me las empezaba a besar, me quitó la blusa, y me manoseo un poco los pechos hasta que me dejó desnuda, y se metió mi seno a su boca ¡Ayyy! Grite de placer, quería que me comería toda y me me metiera su verga dura. Pero a él le gustaba lento y yo hiba acomplacer a ese hombre. Me empezó a mamar los pechos, mientras yo brincaba sobre él, marturbandolo y para que le rebotaran mis pechos en su carita, a él le encantaba. Me jalo bruscamente y me quitó el pantalón, la braguita y de un senton quedé montadita sobre su verga ¡Mi dios! Me dolió un poco, pero un dolor rico, su pene estaba grandesito, y el tan alto y rico. Me quedé inmóvil mi cuerpo asimilaba esa verga tan grande dentro de mi, mientras me pedía mas. Lo abrace, mientras el me agarra con una mano de las nalgas y con la otra de la cintura y empecé a montarlo, era una explosión de sabor, nunca había montando una Vergar así. Me satisfacía y me llenaba por completo. Empecé a cabalgar sobre ese hombre, y ambos gemiamos, yo brincaba y sentía su pene duro dentro de mi, mojadito de todos mis fluidos, me gustaba mucho su verga ¡Que hombre! Lo monte por un buen rato no quería sacarme esa vergota de mi, el me besaba apasionadamente, me chupaba el cuello y los senos, estábamos calientes gimiendo, moviéndonos bien rico, yo no iba querer ninguna otra verga, era la más rica que había probado. Y en eso sentí, que el empezó a gemir, su ojitos se cerraban de placer y yo lo montaba más duro, y en eso sentí su lechita caliente dentro de mi!!! Era muchísima, que me empezó a escurrir por las piernas... Su semen y mis fluidos. Se recargo en mi pecho, cansado pero muy satisfecho mientras yo acariciaba su cabello y sus orejas, me miró sonriendo y me abrazo, sus ojitos brillaban, le había encantado todo lo que hicimos, nos quedamos un rato desnudos abrazados, oliendonos, sintiéndonos, tocando nos y disfrutando...
Uno de los hombres más ricos que he tenido.