Si, es algo que proviene del instinto primitivo del hombre por la reproducción. A la mujer no le ocurre de igual manera porque es un proceso típico del macho pimitivo. Se remonta a los primeros clanes humanos donde los hombres competían para aparearse con la mayor canidad posible de las mujeres del clan. Los alfa que eran más dominantes, fuertes y viriles tenían la ventaja natural, mientras que otros hombres, más subordinados no corrían con la misma suerte. El organismo del hombre comenzó a desarrollar un proceso de excitación natural frente a la visión de una mujer siendo copulada por otro hombre, lo cual hacía que ese macho más tímido o beta tratase de copular con la mujer luego de que esta ya había sido atendida por otro hombre. También podía desde luego sentir la necesidad de copular con alguien más.
Con el desarrollo y la evolución del intelecto, ese instinto primitivo quedó relegado a un mero fetiche sexual subconsciente.