Mi marido es de oro pero tengo amante
Llevo siete años de matrimonio, y estoy consciente de que mi marido es la envidia o el sueño de muchas mujeres. Es un hombre hogareño, cariñoso, atento, detallista, muy responsable, de principios y que te escucha. Aun no tenemos hijos, pero estoy segura de que como padre sería ideal. Además, es muy culto y con él se puede hablar de cualquier tema. Sabe muchísimo y a veces hasta me siento media ignorante. El hecho es que en casa yo no me tengo que preocupar por los temas domésticos. Él mismo lava y plancha su ropa. En parte, es porque siempre ha desconfiado de que al hacerlo otro le estropeen la ropa.
En fin, muchas veces me ayuda con el lavado de los platos luego de comer. De la limpieza de la casa en su mayoría se encarga él. Temas de dónde ahorrar el dinero los decide él, y si hay que comprar algún electrodoméstico también lo hace él. Debo añadir a todo esto, para no dar la idea de ser una inútil, que mi marido es ruso -habla perfectamente el castellano- y vivimos en Moscú. Es decir, que cuando nos casamos y vine a vivir aquí, no hablaba ni jota y solo al cabo de dos años empecé a trabajar, es decir, cuando ya podía defenderme sola con el idioma. Tal vez esa sea la razón de que me haya mal acostumbrado a que todo lo haga él, pero eso es lo que hay. Ya se ha establecido en casa esta forma de vivir y tal vez por comodidad dejo que siga siendo así. Aunque debo también reconocer que él tiene un carácter más fuerte que el mío y al final siempre terminamos haciendo las cosas como él las dice, porque en la gran mayoría de casos él tiene razón.
En definitiva, tengo un marido de oro, pero hay un "pero" y es que no me satisface sexualmente. Nuestro noviazgo duró apenas 6 meses. Nos conocimos en mi país cuando él estaba de viaje de negocios y nuestros encuentros eran bastante furtivos. Si hacíamos el amor, era siempre apurados, porque yo me daba mis escapadas. Era hijita de casa y no podía ni ocurrírseme darles un golpe así a mis padres, que son demasiado conservadores. Después estuvimos separados 1 año y medio a punta de cartas y llamadas, y luego nos casamos y me llevó a Rusia. Al principio, yo tenía la ilusión, casi la seguridad, de que él haría todo lo que yo esperaba en la cama. He tocado el tema varias veces con él, diciéndole lo que me gusta que me hagan y lo que me gusta hacer con él.
Pero en las oportunidades en que hemos hablado del tema (por lo general en la cama), que no han sido muchas, me ha dicho que a él esas cosas no le atraen. Considera mucho de lo que yo quiero antihigiénico, como el sexo oral, y a él tampoco le agrada que se lo hagan. Es que ni siquiera nos besamos en la boca con lengua. Yo me considero una mujer muy apasionada en la cama, que disfruta del placer que da el sexo, y si además hay sentimientos de por medio, pues es la felicidad hecha realidad. Antes de casarme, tuve varias relaciones, así que sé lo que quiero sexualmente.
Pero con mi marido, ya he perdido las fuerzas para seguir intentando a que cambie, porque sé que cuando ha accedido a hacerlo siento su incomodidad, siento que no le está disfrutando, y me siento sucia. Le amo mucho, y sé que como compañero de vida no podría tener nada mejor, pero me siento insatisfecha y siento que poco a poco me voy amargando y empiezo a desquitarme con él, y sé que no es justo. Antes quería quedar embarazada para llenar ese vacío, pero él no lo quería porque no estamos preparados aún materialmente para ello.
Él ahora está buscando cambiar de trabajo y en el último año está muy estresado. Hacemos el amor una o dos veces al mes. Ahora soy yo la que no quiere tener hijos y ya no me importa que casi no hagamos el amor, porque me siento vacía luego de hacerlo. Creo que yo también me he encerrado en la idea de que no me satisface y por ello no me relajo.
Desde hace tiempo fantaseaba con mi imaginación en una aventura con un hombre, que me daría lo que no encuentro en mi marido. Esos pensamientos se fueron haciendo cada vez más frecuentes, incluso me forzaba a soñar con antiguos novios, hasta que los sueños se convirtieron en realidad y ahora tengo un romance con un hombre al cual conozco desde hace tiempo. Es un colega de trabajo y con él he encontrado lo que no tengo en casa. Él sabe toda la historia y considera que debo tomar una decisión. No me promete nada ni está enamorado de mí, porque tiene en su corazón una espina que aún no ha logrado sacarse. Yo, por mi parte, sé que con él sería casi imposible que naciera algo, porque aunque siento algo por él, sé que yo no soy su tipo de mujer. Le gustan las rubias, su ex es rubia. A veces me imagino que si pongo de mi parte, le podría enamorar, porque él me ha dicho que lo que está experimentando conmigo nunca antes le había pasado: hablamos de todo, en la cama somos totalmente espontáneos y nos sentimos muy bien juntos.
No sé qué hacer con mi matrimonio, no sé qué elegir: la estabilidad o dejarlo todo por el sexo. Estoy atormentada, tengo claro que tendré que ser sincera con mi marido y decirle que no me siento satisfecha sexualmente. Claro, evitaré confesarle mi romance, y a la vez no quiero herirle. Todos estos años he callado y cedido por la esperanza de que cambiaría, y ahora si me sincero tengo miedo de provocarle un trauma. Pero no quiero seguir así. Tengo muy claro ahora de que quiero sentirme amada y de que si no es con mi marido, entonces se pueden dar dos situaciones: que toda la vida tenga algún amante que reemplace lo que no tengo en casa o que simplemente me divorcie y me quede sola o que encuentre el lado opuesto: un hombre que sea excelente amante pero mal esposo o peor aún mal padre.
Tengo ya 31 años y estoy en una edad crucial en mi vida en la que tengo que tomar una decisión. Además, también estoy cansada de Rusia, el frío, la mentalidad a la que no he podido compenetrarme y ahora esto. Me he planteado también irme a trabajar a España. Quiero estar sola para cuando vaya allá para poner en claro mis sentimientos y mis expectativas, y a la vez quiero ayudarle a mi marido.
Necesito un consejo muy objetivo, porque no sé si esperar a hablar con él después de que encuentre trabajo o ahora, y para colmo él me siente rara, alejada, fría y no es para menos. Por más que trato de disimular, se me nota. Pienso mucho en mi otra pareja, le tengo mucho cariño y me conozco, y sé que puedo enamorarme de él, porque aunque tenga un carácter muy difícil, es bueno y él también está necesitado de cariño. Se siente solo.
Quedaré agradecida por sus opiniones y consejos y estaré impaciente por leerlos.
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Hola, creo que deberias investigar casos parecidos en internet para ver sus resultados, tienes una bonita oportunidad de intentar lograr cambios positivos, pero debes decir las cosas con mucho cuidado, mostrarle foros, videos, sentarse y conversar viendo y que intentes motivarlo pero conversando lo que es bueno para ti y lo que deberia ser bueno para los dos, porque hay algo importante, tu piensas en ti y eso no es malo, pero debes entender que el es feliz asi, entonces deberian intentar cambiar los dos para mejorar lo que hay, si con todo esto no lo logras te recomiendo que te separes porque se harian mucho daño, yo tengo un caso en mi casa parecido, mi pareja es enchapada a la antigua, nada de sexo anal, nada de otras cosas, sino lo tradicional y entonces busco afuera lo que en mi casa no me dan, pero tengo hijos y ahi esta la diferencia, tu no los tienes y ese es tu ventaja. En resumen o aguantas tu cruz o hablas y propones y que sea lo que Dios quiere, ah otra cosa yo tengo una edad bastante avanzada, tu eres muy joven, punto a tu favor. No dejes pasar mas tiempo, busca solucion que al fin y al cabo no estas haciendo nada malo, bueno lo del amante pero eso se puede remediar, no te juzgo. Suerte y espero que luego me digas en que termino todo, que lastima que no soy tu amante jeje!