Hola,
Con todo esto del confinamiento, puede que haya más personas en esta situación. Quizás me hará sentir mejor escuchar opiniones u otras experiencias... Siento si os doy mucho la chapa, ojalá me dediquéis un ratito! Os cuento:
Mi novio y yo hace más de un año que vivimos juntos y aunque vivimos en un piso muy pequeñito (una sola habitación que da directamente al comedor), la convivencia es genial quitando las tonterías típicas. Tenemos 27 y 30 años. Siempre hemos sido abiertos con el tema sexualidad entre nosotros, lo hablamos todo y no tenemos tabúes. Hemos hablado de la masturbación y es algo que hacemos juntos y por separado, lo sabemos. Aunque también estamos de acuerdo en que preferimos hacerlo juntos y que preferimos el sexo a la masturbación. Llevamos dos meses confinados y yo tengo muchas ganas de hacerlo, lo hacemos almenos 3 veces por semana, él nunca dice que no y está encantado con la subida de mi libido.
Hasta ahí todo bien. Ahora.. yo sigo trabajando desde casa y él está en el paro (erte por COVID19), así que mientras yo mantengo mi rutina, él está más descontrolado yendo a dormir tarde y dedicando la mayor parte de su tiempo a jugar a videojuegos. Yo me voy a dormir pronto y dejo la puerta abierta porque tenemos gatos y me gusta que campen a sus anchas. Tampoco quiero sentirme encerrada en el cuarto...
Hace unas 2 semanas me pareció escuchar algo raro en el comedor y al concentrarme un poco, me pareció claro que él se estaba masturbando (nada exajerado, ruiditos sutiles). No entiendo muy bien porqué pero eso me generó ansiedad y desde entonces cada vez que me voy a dormir me imagino (aunque no lo esté haciendo) que ve porno y se toca justo ahi al lado en el comedor, comigo en la habitación de al lado... y no consigo dormir. Probé en cerrar la puerta ("ojos" que no ven, corazón que no siente) pero seguía sientiendome mal (qué me está pasando?!). Salí alguna noche de la habitación con excusa de beber agua o ir al baño y siempre lo encontraba jugando a videojuegos, lo cual me hacia sentir más loca.
Finalmente decidí contarle como me sentía, sin culparle ni echarle en cara que lo hubiera hecho ya que no me parece un acto prohibido. Pero si que le pedí que si lo quería hacer, lo hiciera en el baño o en algún momento en el que yo no pudiera escucharlo. Al principio él se puso a la defensiva y se ofendió "¿pero qué te pasa?" "¿a qué viene esto ahora?", lo que me dió más indicios de que lo habia estado haciendo bastante... Hubiera agradecido que me dijera que okey, que si eso me generaba tanta ansiedad no me preocupase por los sonidos del comedor porque no serían de eso, almenos a partir de ahora. Pero no lo hizo... Eso me dolió y no me tranquilizó mucho. Pensé que al contarselo, se me quitaría esa ansiedad. No fué así. Así que al día siguiente no podía dormir tampoco y volví al comedor a dormir en el sofá, sin decirle nada (fatal, ya lo sé. Esto derivó en una conversación en la que él me decía que no podia decirme que no lo haría porque si le apetecia hacerlo, lo haría. Y que no quería tener que esconderse para masturbarse en su casa como si viviera aún con sus padres. Que eso no tenia anda que ver con su amor o deseo hacia mi. No le quito razón. Yo le dije que no le pedía que dejase de hacerlo, solo que se assegurase de que yo no lo escuchase... Normalmente esto no sería un problema porque yo trabajo muchas horas y llego tarde, así que tiene su ratito sólo en casa para hacer lo que le venga en gana. Pero ahora, encerrados en el pisito todos los días, toda la semana... La intimidad ha quedado reducida casi a 0.
Así que mi pregunta es, ¿soy la única a la que no le importa saber que su pareja se masturba pero no quiere escucharlo? ¿es tan locura que le pida que se asegure de que yo no pueda oirlo? ¿El confinamiento me está volviendo loca?
Saludos y gracias a tod@s l@s que hayais conseguido llegar hasta el final del escrito.