En respuesta a nuri_19393919
Soy hetero pero me excito cuando veo penes.
Soy hombre latino de casi 30 años, siempre me han gustado mucho las mujeres pero en algunas ocasiones en me he excitado con penes al grado de masturbarme viéndolos, pero no me excita la idea de estar con un hombre como lo hago cuando estoy con una mujer ya solo me excita un buen pene.
No me siento confundido ni nada de eso con mi sexualidad, inclusos entrando en mi adolescencia penetre a otro chico en varias ocasiones hasta venirme en el, pero nunca me llamó la atención probar un pene, sin embargo ahora sí lo deseo, no me arrepiento de excitarme con penes, pero no es algo que comprtir con el mundo.
Que piensan ustedes al respecto?
Puede ser que tengas una reminiscencia bisexual, sin embargo es mucho más probable que tengas un "fetichismo por el pene", o sea que subconcientemente veas al pene de otros hombres como un símbolo o un ícono. Es difícil de explicar pero te pondré algunos ejemplos.
En la isla de Delos, Grecia estaán las ruinas del templo de Apolo cuyo símbolo es un gran pene o falo. De igual manera ocurría con algunas celebraciones en la antigua Grecia donde se portaba un falo de madera como símbolo de la fertilidad. Ese tipo de objetos es fetiche.
Seguramente a ti no te debe de producir la misma excitación ver a un pene imponente que a un maní.
Eso ocurre porque subconcientemente hasta los hombres heterosexuales, tenemos la idea de que un pene de mayor tamaño y virilidad le va a ser capaz de dar a la mujer un mayor goce (una idea algo equívoca en algunas ocasiones). De esa misma manera hay otros que sienten envidia o incluso admiración por hombres mejores dotados, y eso no significa que quieran probar esos penes físicamente hablando sino que solo los admiran como símbolo.
La excitación que tu sientes responde a un estímulo primitivo que con la evolución humana ha quedado relegado a un mero fetiche: la excitación como parte de la competencia por la reproducción. Es un instinto que desarrolló el hombre primitivo a la hora de competir sexualmente con otros machos; o sea el excitarse ante la vista de otro hombre copulando con una mujer o ante la vista masculina de un hombre excitado que buscaba copular para aliviarse. El hecho de que el hombre se excitase ante esas imágenes, era un mecanismo fisiológico que respondía al instinto de reproducción, ya que ese hombre iría luego en búsqueda de una mujer para aparearse, incluso a veces buscaría a una mujer a la que recientemente ya la había copulado otro macho, como para competir con él sexualmente. Pero debe de entenderse bien que esa "competencia" no era algo "pensado" ni por mero "deporte", sino que obedecía a algo instintivo: la reproducción animal.
Con el desarrollo del intelecto a lo largo de los miles de años, ese tipo de reacción instintiva fue quedando relegada a un simple fetiche.